Los cuatro jhanas según el budismo: estados de meditación profunda
3/6/2025
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La práctica de la meditación budista guarda en su núcleo algunos de los estados más fascinantes y profundos de la consciencia humana: los cuatro jhanas.
Estos estados, descritos en los textos canónicos del budismo Theravada y también reconocidos en tradiciones Mahayana, han sido objeto de estudio y admiración durante más de dos milenios.
Comprender los jhanas es adentrarse en el corazón de la experiencia meditativa, donde la mente encuentra una calma y claridad que trasciende lo ordinario.
En este extenso artículo de El Blog de la Meditación, exploraremos qué son los cuatro jhanas, cómo se describen en los textos budistas, qué sucede en el cerebro durante estos estados, consejos prácticos para practicantes modernos, y su relevancia en la senda hacia el despertar.
¿Qué son los Jhanas?
La palabra jhana (sánscrito: dhyāna, pali: jhāna) significa literalmente “meditación” o “absorción meditativa”. En el contexto del budismo, los jhanas son estados mentales de profunda absorción, alcanzados a través de la práctica de la concentración (samatha), donde la mente se unifica y se libera de las distracciones sensoriales.
El propio Buda hablaba de los jhanas como parte esencial del camino hacia el despertar. Tal como se menciona en el Majjhima Nikaya (MN 39):
“...cuando el monje ha apartado los deseos y los estados no saludables, entra y permanece en el primer jhana, que está acompañado de pensamiento aplicado y sostenido, con éxtasis y placer nacido del retiro.”
Los jhanas no son meramente estados de relajación, sino transformaciones radicales de la conciencia, donde la mente se estabiliza y se refina, permitiendo vislumbrar las características fundamentales de la realidad: impermanencia, insatisfactoriedad y no-yo.
Los Cuatro Jhanas: Descripción y Características
1. Primer Jhana (Paṭhama Jhāna)
Descripción
El primer jhana es el primer gran hito en la meditación budista. Surge cuando la mente, apartada de los cinco obstáculos (pañca nīvaraṇāni: deseo sensual, aversión, pereza, inquietud y duda), se unifica alrededor de un objeto de meditación, habitualmente la respiración, una luz interior (nimitta), o una sensación corporal.
Características principales:
- Pensamiento aplicado (vitakka)
- Pensamiento sostenido (vicāra)
- Éxtasis (pīti)
- Placer (sukha)
- Unificación de la mente
En palabras del Digha Nikaya (DN 2):
“...alejado de los placeres sensuales, alejado de los estados no saludables, entra y permanece en el primer jhana, que está acompañado de pensamiento aplicado y sostenido, con éxtasis y placer nacidos del retiro.”
Experiencia Subjetiva
Quienes alcanzan el primer jhana describen una sensación de júbilo y placer intensos, una mente que se mantiene fácilmente en su objeto, y una ausencia notable de distracciones y pensamientos discursivos.
Neurofisiología del Primer Jhana
Estudios de neuroimagen han mostrado que en estados de concentración profunda, como el primer jhana, hay una activación significativa de la corteza prefrontal dorsolateral y una disminución de la actividad en la red por defecto (DMN), lo que corresponde a una menor autopercepción y menor distracción mental (Lutz et al., 2008; Brewer et al., 2011).
2. Segundo Jhana (Dutiya Jhāna)
Descripción
En el segundo jhana, el pensamiento aplicado y sostenido se disuelven. La mente ya no necesita dirigir su atención activamente; la concentración es tan estable que el flujo de pensamientos relacionados al objeto cesa, y el éxtasis y placer se intensifican.
Características principales:
- Éxtasis (pīti)
- Placer (sukha)
- Unificación interior más profunda
- Ausencia de pensamiento aplicado y sostenido
El Majjhima Nikaya (MN 44) lo describe así:
“Con la desaparición del pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el segundo jhana, que está acompañado de éxtasis y placer nacidos de la concentración, con unificación interna de la mente, libre de pensamiento aplicado y sostenido.”
Experiencia Subjetiva
En este estado, la mente experimenta una alegría y felicidad aún más profundas, acompañada de una sensación de quietud y estabilidad inquebrantable. El meditador siente que la mente ‘se sumerge’ en el objeto y todo esfuerzo desaparece.
Neurofisiología del Segundo Jhana
La actividad cerebral muestra una mayor sincronización de las ondas cerebrales en los rangos alfa y theta, asociadas a estados de enfoque relajado y creatividad. También se observa una disminución aún mayor en la actividad de la DMN, lo que puede correlacionarse con la sensación de fusión mente-objeto.
3. Tercer Jhana (Tatiya Jhāna)
Descripción
En el tercer jhana, el éxtasis (pīti) se desvanece, dejando sólo el placer (sukha) y la ecuanimidad (upekkha). El meditador ya no se ve sobrepasado por la energía del éxtasis, sino que experimenta una felicidad tranquila y estable.
Características principales:
- Placer (sukha)
- Ecuanimidad (upekkha)
- Atención plena clara
- Ausencia de éxtasis
El Anguttara Nikaya (AN 5.28) describe:
“Con la desaparición del éxtasis, permanece ecuánime, atento y plenamente consciente, experimentando en su cuerpo el placer del que los nobles dicen: ‘El que es ecuánime y atento mora en placer’, así entra y permanece en el tercer jhana.”
Experiencia Subjetiva
El tercer jhana se caracteriza por una felicidad tranquila, una placidez profunda y una ecuanimidad creciente. El placer es menos explosivo, más sutil, y la mente se siente completamente satisfecha y estable.
Neurofisiología del Tercer Jhana
Investigaciones (Dahl et al., 2015) sugieren que la ecuanimidad y el placer sutil del tercer jhana pueden estar relacionados con la desactivación de circuitos límbicos asociados a la recompensa y la aversión, y una mayor activación de áreas relacionadas con la autorregulación emocional y la percepción interoceptiva.
4. Cuarto Jhana (Catuttha Jhāna)
Descripción
El cuarto jhana es considerado el pináculo de la absorción meditativa en la tradición Theravada. Aquí, incluso el placer desaparece, y lo que queda es una ecuanimidad pura y una atención completamente estable.
Características principales:
- Ecuanimidad perfecta (upekkha)
- Atención plena pura (sati)
- Ausencia de placer y dolor
- Imperturbabilidad profunda
El Samyutta Nikaya (SN 36.11) lo expresa así:
“Con la desaparición del placer y el dolor, y con la anterior desaparición de la alegría y la aflicción, entra y permanece en el cuarto jhana, que no tiene placer ni dolor, y está purificado por la ecuanimidad y la atención plena.”
Experiencia Subjetiva
El cuarto jhana es descrito como un estado de serenidad imperturbable, donde la mente trasciende toda dualidad de placer y dolor, y se convierte en un espejo puro de la realidad. Aquí, la atención plena alcanza su máxima claridad y estabilidad.
Neurofisiología del Cuarto Jhana
Se han observado patrones cerebrales de gran coherencia y sincronía, con predominio de ondas gamma y altos niveles de coherencia interhemisférica, asociados a estados de conciencia no dual y de profunda claridad (Lutz et al., 2004; Josipovic, 2014).
Los Jhanas en los Textos Budistas
La descripción de los jhanas se encuentra repetida en muchos suttas canónicos, destacando su importancia en la práctica budista. En el Satipatthana Sutta (MN 10), se menciona la posibilidad de desarrollarlos como parte de la atención plena.
En el Visuddhimagga (“El Camino de la Purificación”) de Buddhaghosa, uno de los tratados más influyentes de la tradición Theravada, se describe con minuciosidad el proceso para alcanzar los jhanas:
“El meditador debe purificar la moralidad, la mente y la visión antes de intentar los jhanas. Un objeto adecuado, como la respiración, debe ser sostenido con diligencia hasta que surja la señal de concentración (nimitta), y luego profundizar hasta la absorción completa.”
Jhanas y Vipassana: ¿Son imprescindibles?
Una pregunta frecuente es si los jhanas son necesarios para el despertar (nibbana). Según el budismo Theravada, los jhanas son altamente recomendados como bases para la visión profunda (vipassana), pero no absolutamente imprescindibles. No obstante, numerosos suttas muestran al Buda y sus discípulos alcanzando la iluminación tras pasar por los jhanas.
El Maha-Satipatthana Sutta sugiere que la atención plena puede llevar directamente al despertar, pero también menciona los jhanas como estados de desarrollo mental óptimos para la visión clara.
Jhanas, Yoga y Neurofisiología: Puentes entre Oriente y Occidente
Relación con los Dhyānas del Yoga
En el hinduismo y la tradición del yoga clásico (Yoga Sutras de Patañjali), se mencionan los dhyānas como etapas de concentración meditativa que culminan en samadhi, estados muy similares a los jhanas budistas. De hecho, el término pali “jhāna” proviene del sánscrito “dhyāna”, y ambos describen absorciones profundas.
Neurociencia de los Jhanas
La neurociencia moderna ha comenzado a explorar estos estados. Estudios con meditadores experimentados han evidenciado:
- Disminución de la actividad del lóbulo parietal, relacionado con la percepción del cuerpo y del yo.
- Aumento de la coherencia de ondas cerebrales (alfa, theta, gamma).
- Reducción del metabolismo cerebral global, indicando una economía energética y eficiencia mental máxima.
- Cambios en la conectividad funcional entre corteza prefrontal, tálamo y otras áreas relacionadas con la atención y la autorregulación.
Estos hallazgos sugieren que los jhanas corresponden a estados cerebrales únicos, distintos tanto de la vigilia normal como del sueño, caracterizados por un alto grado de integración y estabilidad neuronal (Hagerty et al., 2013).
Obstáculos y Desafíos en la Práctica de los Jhanas
Alcanzar los jhanas no es tarea sencilla. Los practicantes suelen encontrar varios desafíos:
- Los cinco obstáculos: deseo sensual, aversión, pereza, inquietud y duda.
- Apego a los propios estados mentales.
- Expectativas y búsqueda de resultados rápidos.
El Visuddhimagga aconseja paciencia, humildad y una motivación pura. El maestro Ajahn Brahm, en su libro Mindfulness, Bliss and Beyond, escribe:
“El jhana no puede ser forzado ni atrapado. Sucede cuando la mente, completamente feliz y satisfecha, deja de buscar y simplemente descansa en el momento presente.”
Consejos Prácticos para Cultivar los Jhanas
1. Preparar el terreno
- Practica la ética y la generosidad, creando una base de mente tranquila.
- Establece una rutina diaria de meditación, aunque sea breve.
2. Elige un objeto adecuado
- La respiración es el objeto más común y recomendado.
- Otros objetos: luz mental (kasina), amor benevolente (metta).
3. Supera los obstáculos
- Reconoce y suelta los cinco obstáculos mediante atención plena y aceptación.
- No luches contra los pensamientos; déjalos pasar como nubes.
4. Desarrolla la atención plena y la concentración
- Lleva la atención de manera suave pero firme al objeto elegido.
- Permite que la mente se unifique naturalmente, sin forzar.
5. Reconoce las señales de progreso
- Sensaciones de tranquilidad, alegría sutil, fluidez de la atención.
6. No te apegues a los estados alcanzados
- Los jhanas son medios, no fines. Mantén una actitud de exploración y desapego.
7. Busca guía de un maestro experimentado
- Los jhanas pueden ser sutiles y, a veces, confusos. Un maestro puede ayudarte a discernir las etapas y evitar trampas comunes.
Los Jhanas y la Vida Cotidiana
Aunque los jhanas son estados profundos y a menudo requieren retiros y práctica intensiva, sus beneficios pueden reflejarse en la vida diaria:
- Mejora de la concentración y la memoria
- Reducción del estrés y la ansiedad
- Mayor capacidad de ecuanimidad ante desafíos
- Incremento de la empatía y la compasión
El desarrollo de los jhanas es una invitación a experimentar la mente en su potencial más elevado, accediendo a niveles de paz y claridad que transforman la relación con uno mismo y el mundo.
Preguntas Frecuentes sobre los Jhanas
¿Se pueden alcanzar los jhanas sin ser monje?
Sí, aunque la vida monástica facilita la práctica, cada vez más laicos han reportado experiencias jhánicas gracias a la proliferación de retiros y enseñanzas adaptadas.
¿Son peligrosos los jhanas?
No son peligrosos si se practican con una mente equilibrada y bajo supervisión adecuada. Sin embargo, el apego a los estados placenteros puede convertirse en obstáculo para el progreso espiritual.
¿Cuál es el papel de los jhanas en la iluminación?
Sirven como bases poderosas para el desarrollo de la visión profunda (vipassana), permitiendo ver la impermanencia, el sufrimiento y el no-yo con una mente clara y ecuánime.
¿Qué maestros modernos enseñan sobre los jhanas?
Algunos destacados son Ajahn Brahm, Pa Auk Sayadaw, Leigh Brasington, y Bhante Gunaratana, entre otros.
Conclusión
Explorar los cuatro jhanas es adentrarse en la tradición meditativa budista más profunda, donde la mente se convierte en su propio objeto de estudio y transformación. Estos estados, lejos de ser esotéricos o inaccesibles, son herencia viva de la humanidad, recordándonos el potencial de paz, claridad y ecuanimidad que reside en cada uno de nosotros.
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