Posturas para meditar: Guía completa para sentarse en paz
10/7/2025
•10 min de lectura
Comparte este post
La meditación es una práctica milenaria que ha trascendido culturas, religiones y fronteras.
Sin embargo, uno de los desafíos más frecuentes para quienes se inician —y para quienes llevan años practicando— es encontrar una postura cómoda, estable y saludable para meditar.
¿Por qué es tan importante la postura? ¿Qué dice la neurociencia sobre la relación entre cuerpo y mente durante la meditación? ¿Cuáles son las mejores posturas para meditar, y cómo puedes adaptarlas a tu cuerpo?
En esta guía exhaustiva, vamos a responder a todas estas preguntas desde la experiencia, la tradición y la ciencia.
La Importancia de la Postura en la Meditación
En las enseñanzas clásicas del yoga y el budismo, la postura física es la base de la meditación. Patanjali, en los Yoga Sutras, afirma:
“Sthira sukham asanam”—La postura debe ser estable y cómoda.
– Yoga Sutra II.46
Esta frase resume la esencia del asiento meditativo: firmeza sin rigidez, relajación sin colapso.
La postura no solo afecta al cuerpo, sino que también influye directamente en la mente. Como explica Jon Kabat-Zinn, creador del programa MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction):
“La manera en que sostienes tu cuerpo afecta cómo sostienes tu mente. La dignidad de la postura se traduce en dignidad de presencia.”
— Mindfulness en la vida cotidiana, 1994
Neurofisiología y Psicología de la Postura
Diversos estudios han comprobado que la postura corporal influye en los estados mentales y emocionales. Una postura alineada facilita la respiración diafragmática, mejora la oxigenación cerebral y activa el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación. Según investigaciones del Dr. Richard Davidson, neurocientífico y experto en meditación:
“La postura meditativa induce cambios en la actividad eléctrica del cerebro, facilitando patrones de ondas cerebrales asociados a la calma y la atención.”
— The Emotional Life of Your Brain, 2012
Tipos de Posturas para Meditar
No existe una única postura correcta. Cada cuerpo es diferente, y la tradición ofrece múltiples alternativas, desde las más clásicas hasta las más adaptadas a la vida moderna. A continuación, exploramos las principales posturas para meditar, con sus variantes, beneficios y consejos anatómicos.
1. Postura de Loto (Padmasana)
La más icónica de las posturas de meditación. Se cruza cada pie sobre el muslo opuesto, formando un “nudo” estable. Es la postura que aparece en estatuas de Buda y en la iconografía del yoga.
Beneficios:
- Proporciona una base estable y simétrica.
- Favorece la alineación de la columna vertebral.
- Ayuda a mantener la mente alerta.
Desventajas:
- Requiere mucha flexibilidad en caderas, rodillas y tobillos.
- No es recomendable si tienes lesiones articulares.
Consejo anatómico:
Nunca fuerces las piernas para entrar en loto. Practica posturas preparatorias como baddha konasana (mariposa) y ardha padmasana (medio loto).
Cita:
“La postura de loto es el trono de la iluminación, pero no todos los cuerpos han nacido para sentarse en él.”
— B.K.S. Iyengar, Luz sobre el Yoga
2. Medio Loto (Ardha Padmasana)
Una variante accesible. Solo un pie se coloca sobre el muslo opuesto, mientras el otro reposa bajo la pierna contraria.
Beneficios:
- Menor exigencia para caderas y rodillas.
- Mantiene simetría y estabilidad.
Consejo anatómico:
Alterna la pierna superior en cada sesión para evitar descompensaciones.
3. Postura Sencilla (Sukhasana)
A veces llamada “postura fácil”, consiste en sentarse con piernas cruzadas de manera natural.
Beneficios:
- Accesible a casi todas las personas.
- Permite meditar largos periodos con soporte adecuado.
Consejo anatómico:
Usa un cojín de meditación (zafu) o una manta doblada bajo la pelvis para elevar las caderas y evitar tensión en la zona lumbar.
4. Postura de Rodillas (Vajrasana o Seiza)
Sentado sobre los talones, con las rodillas juntas y la espalda erguida. Popular en el budismo zen (zazen) y en la tradición japonesa.
Beneficios:
- Mantiene la columna recta sin esfuerzo.
- Facilita la respiración diafragmática.
- Ideal para quienes sienten incomodidad al cruzar las piernas.
Consejo anatómico:
Coloca un cojín entre los talones y los glúteos para descargar la presión en tobillos y rodillas.
Cita:
“En zazen, la postura es la práctica. El cuerpo quieto, la mente quieta.”
— Shunryu Suzuki, Mente Zen, mente de principiante
5. Postura en Silla
Una alternativa válida y digna, especialmente para personas con movilidad reducida o que pasan mucho tiempo sentadas.
Cómo hacerlo:
- Usa una silla firme, con los pies apoyados en el suelo.
- Coloca las manos sobre los muslos.
- Mantén la espalda erguida, sin apoyarte en el respaldo.
- Relaja hombros y mandíbula.
Beneficios:
- Disminuye el riesgo de adormecimiento o dolor.
- Permite meditar en cualquier entorno.
Consejo anatómico:
Puedes colocar un pequeño cojín en la zona lumbar para mantener la curva natural de la espalda.
6. Postura Acostada (Savasana)
No es la más clásica para meditar, pero sí una opción para quienes no pueden sentarse. Recomendada para prácticas de relajación profunda, como el yoga nidra.
Cómo hacerlo:
- Acuéstate boca arriba, piernas separadas al ancho de caderas, manos a los lados del cuerpo, palmas hacia arriba.
- Cierra los ojos y relaja cada parte del cuerpo.
Desventaja:
Mayor tendencia a quedarse dormido. Ideal para prácticas guiadas de relajación.
Cita:
“Savasana es la postura donde el cuerpo descansa y la mente se despierta.”
— Swami Satyananda Saraswati, Yoga Nidra
Principios Universales para Todas las Posturas
Independientemente de la postura elegida, existen principios anatómicos y meditativos fundamentales:
-
Columna erguida:
Mantén la espalda recta, permitiendo que la energía fluya sin obstáculos. Una columna alineada previene el letargo mental y la somnolencia, y facilita estados de atención sostenida. -
Relajación sin colapso:
Relaja hombros, mandíbula y rostro. Permite que el cuerpo “descanse en el esqueleto”, evitando tensiones innecesarias. -
Base estable:
Ya sean los isquiones, las rodillas o los pies, la base debe estar en contacto firme y estable con el suelo o la silla. -
Manos en mudra:
Puedes colocar las manos sobre los muslos, en el regazo, o formar un mudra (gesto simbólico) como el dhyana mudra, donde las manos se apoyan una sobre otra, palmas hacia arriba. -
Cabeza y cuello alineados:
El mentón ligeramente recogido, como si miraras suavemente hacia el suelo, ayuda a relajar la nuca y mantener la atención. -
Ojos:
Cerrados o entreabiertos, según la tradición. En el zen, se practica con los ojos entreabiertos, mirando suavemente a un punto frente a ti.
Adaptaciones y Apoyos
No todos los cuerpos se adaptan a las posturas tradicionales, y forzar el cuerpo puede causar molestias o lesiones. La tradición y la ciencia coinciden en la importancia de la adaptabilidad.
“La postura debe servir a la mente, no a la imagen idealizada que tenemos de ella.”
— T.K.V. Desikachar, El Corazón del Yoga
Apoyos útiles:
- Zafu: Cojín redondo para elevar las caderas.
- Zabuton: Esterilla gruesa para proteger rodillas y tobillos.
- Bloques de yoga: Para apoyar rodillas o elevar la pelvis.
- Mantas: Para ajustar altura o apoyar la espalda baja.
Señales de Ajuste
Escucha tu cuerpo. Si sientes hormigueo, dolor o incomodidad intensa, ajusta tu postura. La meditación no se trata de soportar el dolor, sino de cultivar la presencia.
¿Por Qué Es Tan Difícil Mantener la Postura?
Es común experimentar molestias al sentarse a meditar, especialmente al principio. El cuerpo moderno, habituado a sillas y poca movilidad, ha perdido parte de la flexibilidad y fuerza necesarias para las posturas ancestrales. Según investigaciones en ergonomía y neurociencia:
- La incomodidad inicial es una oportunidad para observar la relación mente-cuerpo.
- Con la práctica regular, los músculos posturales se fortalecen y la mente aprende a relajarse en la quietud.
“La disciplina no es forzar el cuerpo, sino volver suavemente, una y otra vez, al momento presente.”
— Jack Kornfield, Camino con corazón
Posturas y Tradiciones Espirituales
Las posturas de meditación no solo tienen una función física, sino también simbólica y energética.
En el hinduismo
La postura sentada simboliza la estabilidad de la montaña (meru). El loto es un símbolo de pureza y desapego, flotando sobre las aguas del mundo.
En el budismo
El cuerpo quieto es reflejo de la mente serena. Los textos del Dhammapada y las instrucciones de meditación de Buda resaltan la importancia de la postura:
“Así como una montaña firme no se estremece con el viento, así el sabio permanece impasible ante el elogio o el desprecio.”
— Dhammapada, verso 81
En el zen
La postura es la práctica. Sentarse en zazen es “simplemente sentarse”, más allá de la técnica.
Beneficios Neurofisiológicos de la Postura Correcta
La investigación moderna confirma lo que los yoguis y meditadores sabían hace siglos:
- Alineación vertebral: Facilita la activación del nervio vago, clave en la relajación y la regulación emocional (Stephen Porges, The Polyvagal Theory).
- Respiración eficiente: Una postura abierta permite una respiración más profunda y calmada, lo que reduce el estrés y mejora la concentración.
- Estado de alerta relajada: El equilibrio entre tono muscular y relajación produce un estado óptimo para la meditación.
Errores Comunes en las Posturas de Meditación
- Encogerse o encorvarse: Produce somnolencia y molestias.
- Hiperextender la espalda: Provoca tensión en la zona lumbar y fatiga.
- Forzar las piernas: Puede dañar articulaciones.
- Ignorar el dolor: La meditación no es una prueba de sufrimiento físico.
Consejos Prácticos para Encontrar tu Postura Ideal
- Prueba diferentes posturas y observa cuál te permite estar presente sin distracciones por molestias físicas.
- Usa apoyos sin miedo: un cojín puede transformar tu experiencia.
- Alterna postura si vas a meditar durante periodos largos.
- Realiza estiramientos suaves antes y después de la meditación.
- Si tienes lesiones o condiciones médicas, consulta a un profesional de la salud o un instructor experimentado.
Integrando la Postura en tu Práctica Diaria
La postura es el “templo” de la meditación. Dedica unos minutos antes de empezar para ajustar tu asiento y sintonizar tu cuerpo. Recuerda que la postura ideal es aquella que puedes sostener con dignidad, estabilidad y comodidad.
Ejercicio Simple: Encuentra tu Asiento
- Siéntate en el suelo, sobre un zafu o manta doblada.
- Cruza las piernas de manera natural, o siéntate en una silla.
- Alinea la columna, relaja los hombros y coloca las manos en el regazo.
- Haz tres respiraciones profundas, llevando la atención al cuerpo.
- Observa cualquier tensión y ajusta suavemente.
Preguntas Frecuentes sobre Posturas para Meditar
¿Es obligatorio meditar en el suelo?
No. Puedes meditar en silla, en la cama o incluso de pie. Lo importante es la atención y la comodidad.
¿Qué hago si siento dolor?
Ajusta tu postura, usa apoyos, cambia de posición o reduce el tiempo de la sesión. La incomodidad leve es normal al principio, pero el dolor intenso no debe ser ignorado.
¿Cuánto tiempo debo mantener la postura?
Empieza con sesiones cortas (5-10 minutos) y aumenta progresivamente. La regularidad es más importante que la duración.
Recomendaciones de Libros y Textos
- Luz sobre el Yoga – B.K.S. Iyengar
- Mente Zen, mente de principiante – Shunryu Suzuki
- El Corazón del Yoga – T.K.V. Desikachar
- Mindfulness en la vida cotidiana – Jon Kabat-Zinn
- The Emotional Life of Your Brain – Richard Davidson
- Yoga Nidra – Swami Satyananda Saraswati
- Camino con corazón – Jack Kornfield
- Dhammapada
Conclusión: El Arte de Sentarse en Paz
Sentarse a meditar es un acto de encuentro contigo mismo. La postura es el punto de partida: una base estable para explorar la mente y el corazón. No busques la perfección, sino la autenticidad en tu asiento. A medida que profundices en la práctica, notarás cómo el cuerpo y la mente se vuelven aliados en el camino hacia la presencia consciente.
Recuerda: la postura debe servirte a ti, y no tú a la postura. Explora, adapta y honra tu cuerpo.
¿Quieres más consejos, inspiración y prácticas guiadas?
Síguenos en Instagram: @elblogdelameditacion
¡Únete a nuestra comunidad y comparte tu experiencia!
Artículos Relacionados
Yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente: Significado profundo y práctica
10 min de lectura
Explora el verdadero significado del yoga según los Yoga Sutras de Patanjali: el cese de las fluctuaciones de la mente. Descubre cómo la práctica de yoga y meditación nos ayuda a calmar la mente, acceder a estados de claridad y experimentar la paz interior.
Leer más¿Qué es la felicidad? Definición, claves y ciencia
4 min de lectura
Descubre qué es la felicidad según la filosofía, la neurociencia y la meditación. Claves prácticas para cultivarla día a día y vivir plenamente.
Leer másMeditación e Inteligencia Emocional: Desarrollando tu Consciencia Emocional
7 min de lectura
Descubre cómo la meditación mejora tu inteligencia emocional, desarrollando la autoconciencia, regulación emocional y empatía para una vida más equilibrada.
Leer másMeditación y Dopamina: Cómo Equilibrar tu Sistema de Recompensa
4 min de lectura
Descubre cómo la meditación equilibra tu dopamina, rompe la adicción al placer instantáneo y despierta un bienestar profundo y duradero.
Leer más