Yoga: El cesar de las fluctuaciones de la mente
8/5/2025
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"Yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ"
El yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente."
— Yoga Sutra I.2, Patanjali
Introducción
La palabra “yoga” evoca en muchos la imagen de posturas elegantes, flexibilidad y equilibrio físico. Sin embargo, la esencia del yoga es mucho más profunda y antigua. En el corazón de esta tradición milenaria se encuentra un objetivo claro y poderoso: el cese de las fluctuaciones de la mente.
En este extenso artículo, exploraremos el significado de esta afirmación central de los Yoga Sutras de Patanjali, analizaremos cómo las tradiciones hindú y budista han abordado el tema, y profundizaremos en la perspectiva de la neurociencia y la psicología contemporánea. También veremos cómo la meditación y el mindfulness funcionan como vehículos para aquietar la mente y alcanzar los estados más elevados de conciencia.
El significado de Citta Vritti Nirodha
La frase “Yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ” es el segundo sutra del Yoga Sutras de Patanjali, considerado el texto fundacional del yoga clásico. Traducido literalmente, significa:
"El yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente."
Aquí, citta se refiere a la mente en su totalidad: pensamientos, emociones, recuerdos, imaginación, sueños, percepciones. Vritti son las olas, patrones o movimientos de la mente. Nirodha significa supresión, control o cese.
Según Patanjali, el propósito del yoga no es meramente físico, sino principalmente mental: lograr una mente libre de turbulencias, capaz de reflejar la realidad tal y como es.
Las fluctuaciones de la mente: una visión desde la psicología y la neurofisiología
Las “fluctuaciones” mentales, en terminología moderna, pueden entenderse como la constante actividad neural: pensamientos automáticos, rumiaciones, preocupaciones, recuerdos intrusivos, emociones cambiantes y dispersión atencional. Desde la psicología cognitiva, esta actividad se asocia a los llamados eventos mentales. La mente, sin entrenamiento, salta de una idea a otra, a menudo sin control consciente.
La neurofisiología ha identificado redes cerebrales como la red por defecto (default mode network), la cual se activa cuando la mente divaga. Estudios con imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) han demostrado que la práctica de meditación reduce la actividad de esta red, correlacionándose con una menor dispersión mental (Brewer et al., 2011).
La mente agitada está relacionada con el estrés, la ansiedad y la incapacidad de centrarse en el presente. Por el contrario, una mente aquietada experimenta mayor bienestar, claridad y creatividad.
El yoga como método para calmar la mente
Los ocho pasos del yoga (Ashtanga Yoga)
Patanjali expone el camino del yoga en ocho pasos:
- Yama: principios éticos universales (no violencia, veracidad, etc.)
- Niyama: observancias personales (limpieza, contento, autodisciplina, etc.)
- Asana: posturas físicas
- Pranayama: control de la respiración
- Pratyahara: retraimiento de los sentidos
- Dharana: concentración
- Dhyana: meditación
- Samadhi: absorción, unión con el objeto de meditación
Cada uno de estos pasos contribuye a aquietar gradualmente la mente. Los asanas y el pranayama preparan el cuerpo y el sistema nervioso, mientras que las prácticas internas (pratyahara, dharana, dhyana) entrenan la atención y la conciencia.
“El yoga es la práctica de aquietar la mente. El yoga es la práctica de volver a uno mismo. El yoga es la práctica de la libertad.”
— T.K.V. Desikachar, “El corazón del yoga”
La meditación: eje central del cese de las fluctuaciones
La meditación es la práctica formal mediante la cual se observa y aquieta la mente. Técnicas como la atención plena (mindfulness), la concentración en la respiración o en un mantra, y la observación de pensamientos sin juicio, ayudan a disminuir la reactividad mental.
Desde la neurociencia, se ha comprobado que meditadores experimentados muestran una mayor coherencia eléctrica cerebral y una reducción de la activación de la amígdala, el centro emocional del miedo (Lazar et al., 2005). Meditar regularmente modifica la estructura y función del cerebro, fortaleciendo las regiones asociadas al autocontrol y la percepción consciente.
La visión desde el hinduismo y el budismo
Hinduismo: el yoga como unión y autodescubrimiento
En la tradición hindú, yoga significa “unión” —la integración del individuo con su verdadera naturaleza, el Atman (el Yo) con Brahman (la Realidad última). La mente es vista como un velo que oscurece esta realización. Solo cuando cesan sus fluctuaciones, la conciencia se revela en su pureza.
“Como las olas surgen y desaparecen en el océano, así los pensamientos surgen y desaparecen en la mente. El sabio permanece como el océano, no se identifica con las olas.”
— Ramana Maharshi, “Quién soy yo?”
El Bhagavad Gita también enfatiza la ecuanimidad mental como clave de la vida yóguica:
“El yoga es ecuanimidad en el éxito y el fracaso.”
— Bhagavad Gita II.48
Budismo: la mente como fuente de sufrimiento y liberación
El budismo, aunque distinto filosóficamente, comparte la meta de aquietar la mente. El Buda enseñó que el sufrimiento surge de la ignorancia y el apego, ambos mantenidos por la actividad mental incontrolada.
En el Dhammapada leemos:
“La mente es difícil de dominar, ligera, corre donde quiere. Es bueno domar la mente, una mente domada trae felicidad.”
— Dhammapada, verso 35
La meditación budista —shamatha (calma mental) y vipassana (visión clara)— entrena la conciencia para observar sin identificarse con los pensamientos, cortando el ciclo del sufrimiento.
Fluctuaciones mentales en la vida moderna
La mente contemporánea enfrenta desafíos inéditos: hiperestimulación, multitarea, bombardeo de información, redes sociales, notificaciones constantes. Esta hiperactividad mental alimenta la ansiedad, el estrés crónico y la dificultad para experimentar verdadero descanso.
La práctica del yoga y la meditación resulta hoy más relevante que nunca. El mindfulness se ha integrado en la psicoterapia y la medicina como una herramienta eficaz para la gestión del estrés, la ansiedad, la depresión y el dolor crónico (Kabat-Zinn, 1990).
“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad y nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta reside nuestro crecimiento y nuestra libertad.”
— Viktor Frankl, “El hombre en busca de sentido”
Herramientas prácticas para el cese de las fluctuaciones
1. Práctica regular de meditación
Establece una rutina diaria. Empieza con 5 a 10 minutos, sentándote en silencio, observando tu respiración. Cuando surjan pensamientos, simplemente obsérvalos sin juzgar ni seguirlos. Regresa una y otra vez al presente.
2. Asana y Pranayama
El movimiento consciente y la respiración profunda regulan el sistema nervioso, preparan el cuerpo para la quietud y reducen la ansiedad basal. Elige posturas suaves y ejercicios de respiración como nadi shodhana (respiración alterna).
3. Mindfulness en la vida diaria
Lleva la atención plena a las actividades cotidianas: comer, caminar, ducharte, conversar. Nota cuando tu mente divaga y suavemente regresa al momento presente.
4. Reflexión y autoindagación
Pregunta: “¿Quién está pensando estos pensamientos?” o “¿Soy yo mis pensamientos o el espacio en el que aparecen?” Esta autoindagación, inspirada en Ramana Maharshi, ayuda a desidentificarse de la mente.
5. Reducción de estímulos
Limita la exposición a pantallas, redes sociales y noticias. Establece momentos de “dieta digital” para permitir que la mente repose.
La ciencia moderna respalda el cese de las fluctuaciones
Numerosos estudios han documentado los beneficios de la meditación y el yoga para reducir la actividad mental descontrolada. Entre los hallazgos más relevantes:
- Reducción de la rumiación: Meditadores reportan menor propensión a pensamientos repetitivos negativos (Farb et al., 2007).
- Mejora de la atención sostenida: El entrenamiento atencional mejora la concentración y la memoria de trabajo (Jha et al., 2007).
- Cambios estructurales cerebrales: Prácticas regulares aumentan la densidad de materia gris en áreas asociadas al autocontrol y la regulación emocional (Lazar et al., 2005).
- Regulación del estrés: El yoga y mindfulness disminuyen los niveles de cortisol y mejoran la respuesta al estrés (Sahni et al., 2010).
Experiencias y testimonios
Muchos practicantes describen cómo, con el tiempo, la mente se vuelve más pacífica, menos reactiva y más clara. La creatividad y el discernimiento surgen de una mente en calma.
“He descubierto que la mente, cuando se aquieta, se convierte en un espejo limpio, capaz de reflejar la realidad sin distorsión. En esa quietud, surge una felicidad que no depende de circunstancias externas.”
— Testimonio de practicante anónimo
Obstáculos comunes y consejos para superarlos
1. Impaciencia
El progreso en el aquietamiento mental es gradual. La mente está habituada a la actividad constante. La paciencia y la compasión contigo mismo son esenciales.
2. Identificación con los pensamientos
Recuerda que no eres tus pensamientos. Ellos aparecen y desaparecen; tú eres el testigo consciente.
3. Expectativas y búsqueda de resultados
El objetivo no es “dejar la mente en blanco”, sino aprender a relacionarte de otra manera con tus pensamientos y emociones.
4. Distracciones externas
Crea un espacio y momento adecuado para tu práctica. Informa a tu entorno que necesitas ese tiempo para ti.
Más allá del cese: el florecimiento de la conciencia
Cuando las fluctuaciones de la mente disminuyen, lo que emerge es una experiencia de unidad, de presencia, de claridad. Patanjali describe este estado como drashtu svarupe avasthanam — “el observador reposa en su verdadera naturaleza”.
En palabras de Swami Sivananda:
“Cuando la mente se aquieta, la luz del alma brilla. El sabio es aquel que ha conquistado la mente.”
Esta experiencia no es una evasión de la realidad, sino un encuentro directo con ella, libre de filtros y condicionamientos.
Conclusión
El yoga, en su sentido más profundo, es un viaje hacia el centro del ser. Es un método probado por milenios para aquietar la mente y redescubrir la paz y la libertad inherentes a nuestra naturaleza.
Ya sea a través de la meditación, la práctica física, la respiración consciente o la reflexión, el objetivo permanece: el cese de las fluctuaciones de la mente.
Al integrar estas enseñanzas y prácticas en la vida diaria, podemos navegar los desafíos del mundo moderno con mayor ecuanimidad, claridad y compasión.
“No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear.”
— Jon Kabat-Zinn
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